Hace unos días me decidí por tomar sol (yo soy así, ahora que terminó el verano me decidí). Pero no voy a contar mi experiencia con el sol (por si quieren saber, quedé más morochita) sino que quiero compartir con ustedes las hermosas postales vivas que aprecié en esos momentos, irrepetibles, porque al ser en vivo, sólo quedaron capturadas en la memoria de mi corazón...
Una tarde ví una escena re-dulce, dos mariposas iban juntas en pareja, recorriendo las flores amarillas que tienen mis vecinos y que limitan con el muro de mi casa.
La misma tarde, una y otra vez, aparecían las abejas y abejorros, visitando las flores, deteniéndose un poco en cada una...Y más allá de que le temo a los abejorros no me fuí, me quedé observando, disfrutando el momento.
También pude apreciar a los pajaritos, que iban y venían, y algún colibrí solitario.
Imágenes que me tranquilizaron, que me llenaron de paz...Y para ello, no necesité ir a un spa o al campo...Conseguí ese estado de relajación en el pequeño patio de mi casa...
Hay infinitas postales en vivo que la naturaleza nos ofrece, pero que a veces dejamos pasar porque estamos concentrados en otras cosas...
Así que de vez en cuando, observemos abiertamente y con el corazón, olvidando por unos instantes todas las demandas que nos agobian...Unos momentos al menos, porque un espacio de relajación es importante y necesario para seguir de pie en la rutina de nuestras ocupaciones...
Ahhh, me olvidaba...Si llegás a un estado súper de relajación quizá hasta veas lo que yo ví hace unos días...Duró menos de 10 segundos, pero la ví, era un hada que se dejó mostrar. Quizá porque pude ver con ojos de niño, puros y apreciar con amor la postal que la naturaleza me regalaba...
![[ D.M.G.] Un sitio que promete mucho, pero no cumple nada.](http://photos1.blogger.com/blogger/2283/692/1600/DMGGOD.jpg){kind=small}
